Ayer mi jefa en el periódico me dijo que mi crush, el Ingeniero, ya no trabaja en la universidad y no dije nada pero lo escuche clarisimo como una "Alerta, Alerta" con luces rojas y todo se encendieron en mi cabeza y mi corazoncillo se puso histérico, hoy quiero contarles la historia no solo de él, sino de otras personas que han llegado y salido de mi vida y se relacionan casi directamente con mi estado famélico de depresión.
al parecer yo soy la única incapaz de aprender de mi propia desgracia, pienso en varias personas, pero solo hablaré de tres que son las que parece más un asunto de Karma, magia, destino, santidad o algo (no es que me crea el destino de nadie, verdad, es que parece como si debiera estar en el lugar adecuado en el momento justo para decir, hacer o simplemente estar), así como un comentario venenoso le chingó la vida al Chico Monopoly, desde hace un tiempo me he dado cuenta que mi presencia pasó de ser algo negativo a algo inconscientemente positivo.
Hace algún tiempo por razones económicas busqué trabajo de medio tiempo en un restaurante, cualquiera diría "Jes, no necesitas ese dinero" y en esencia no, pero para ese momento tan álgido que estaba viviendo necesitaba tener mis propias cosas y vivir la vida a mi manera (como Frank Sinatra) y para eso necesitaba dinero propio, bien, pues entré a trabajar a un restaurante como feliz lavaplatos, nadie hablaba conmigo y yo no tenía que interactuar con la gente más allá de lo estrictamente necesario, además la jefa era muy estricta y no dejaba que platicáramos y perdiéramos tiempo, pero como toda comunidad es imposible mantenerse aislado y en los días que la jefa dejaba a cargo a su empleada más antigua podíamos conocernos mejor.
De planes a futuro les hablé después, cuando nuestra relación coqueteaba mucho con la amistad (de trabajo), además fue hasta meses después cuando mi madre me dijo que era posible que terminara la carrera, que si de verdad quería terminar Cine debía hacerlo, esa noticia cambió no solo mi vida, sino que también la de esta chica, les platiqué que iba a mudarme con mi madre a Cuetzalan y que en Enero iba a regresar a la escuela (era mayo).
Ella sin decirlo vio en mi un ejemplo, a pesar de todos los problemas económicos en los que estaba (y al final les había confiado) y tener mi propia mente en contra, veía la luz al final del camino y estaba dispuesta a re-comenzar mi vida desde cero a los 25, ella se sintió joven de nuevo (Dioses! apenas tenia 22), si la jefa la corría lo iba a aceptar, lucharía por aumentar su beca escolar y no dejar nada pendiente a pesar del receso por el embarazo, habló con su esposo y juntos armaron un plan, esto yo no lo supe hasta después, cuando regresé a Puebla y visité a mis amigas en el restaurante, me platicaron que ella ya no estaba ahí, su bebe ya había nacido y que no había dejado la escuela.
Sin saberlo ni quererlo, mi estancia en ese restaurante ayudó a una persona a ver la vida con esperanza y una perspectiva constructiva, es como si alguna fuerza me hubiera llevado hasta ese lugar para ser una pieza de domino que traería cosas buenas, quiero creer que así como cambié el rumbo de la vida del chico Monopoly para mal, el Karma me hizo desasir el daño haciendo algo bueno por otra buena persona.
La historia con mi crush El Ingeniero fue algo similar pero un poco más consciente, cuando lo conocí de inmediato me pareció una persona rota y eso me atrajo de él, platiqué con él un poco y le conté porque tenia 26 y apenas estaba terminando la carrera, le conté mis desventuras y expliqué mi absoluta creencia en que si haces algo con y por amor la vida se vuelve más ligera y agradable.
Él me platicó que no se sentía feliz, había descubierto que se equivocó de carrera pero por diferentes factores no pudo rectificar el error y había terminando una ingeniería por la que no sentía pasión, le pregunté qué le gustaba realmente y me dijo que justo eso en lo que trabajaba en la universidad, entonces le dije que buscara la forma de re-encaminar su vida, porque esa tristeza que sentía solo se iba a hacer más y más profunda.
Para el siguiente semestre lo vi en el edificio de maestría, me contó que había entrado a la Maestría y que su familia lo apoyaba, todos estaban muy entusiasmados y ese halo de tristeza que tanto me había atraído ya no lo tenía, era feliz.
Yo lo perdí, pero él se encontró, la semana pasada me enteré que este semestre se fue a España como parte de su Maestría y estoy absolutamente convencida que no piensa regresar, ha planeado su vida y tiene claro lo que quiere, no cayó profundamente en la depresión (estaba en el límite del risco cuando lo conocí) y ahora aunque le cueste sabe que los errores que comentemos no deben ser eternos grilletes que te encadena en una torre de sufrimiento, se debe aprender de ellos y seguir.
Al final creo que estas personas han aprendido de mis errores porque una vez sabiendo el problema se ponen a realizar acciones que les permiten salir del problema, mientras que yo por algún mal funcionamiento de mi mente me vuelvo como Sísifo, regreso al inicio y recomienzo el camino una y otra vez, porque cada vez que veo a otros comenzar su viaje me pregunto "¿este camino será el correcto? ¿Y si me equivoqué?, Me voy a regresar para estar segura".
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