Es el lunes antes de llevar las famosas monedas que van a romper la maldición de los vestidos de novia y estoy entre con miedo, mucha perspectiva, pero sobre todo con desolación, y es que este es un momento crítico en todos los sentidos, terminando la tesis (igual, justo el miércoles 13) dejo de ser estudiante y debería ser empleada de algún lugar, pero no he visto lo de las prácticas profesionales ni creo que mi trabajo en la tesis sea tan bueno como debería además recomencé tratamiento con el psiquiatra y al parecer todo lo bien que creía que estaba es mentira *emoji de carita llorando*
¿si no puedo poner orden en la propia vida cómo espero hacer las cosas bien? Sé que es un efecto secundario de las pastillas pero desde hace unos días he pensado mucho en qué vida tendría sino me hubiera equivocado hace ya... 10 (malditos) años!! ¿Sería una costurera haciendo cine? o simplemente no hubiera hecho nada de mi vida, de entrada creo que lo más importante, creo que no me hubiera enfermado, esa ansiedad y depresión que me aquejan viene de no hacer aquello que quiero, sino aquello que el miedo me deja hacer.
Todas las personas que he conocido tal vez jamás se hubieran cruzado por mi vida, tal vez no viviría en esta ciudad, nunca hubiera empezado este blog, no tendría necesidad de escribirlo, el director de la carrera sería feliz, no estaría maldita por un vestido de novia...
Imagino toda una vida feliz.
Pero nada de eso pasó.
Estoy aquí.
Soy cineasta y no me lo creo, desconfio de mis conocimientos de costurera porque se basan en cursos aleatorios que siempre empezaba pero nunca terminé, tengo miedo de sacarle plática a un morro que me gusta y al que (por increíble que me parezca) yo no le era indiferente, me alejo de todos y me escondo ¿de qué?, deseo un trabajo de cineasta pero asquerosamente espero que alguien venga a mi casa, me repito que yo debo buscar pero entonces el miedo me paraliza, el mismo miedo que se siente conforme y seguro tras la maldición del vestido de novia.
No es casualidad que tantas cosas importantes estén juntas en tiempo y espacio en mi vida, he sostenido el parte aguas hasta que ya no tiene forma de retenerse y cual presa de agua esta por desbordarse violentamente o reventar desastrosamente, que al caso es lo mismo.
En mi mente creo que si destrabo un hilo poco a poco incluso otros hilos irán desatándose, por eso creo tanto en el amorts romántico, porque creo en ese poder absoluto "destinatario" que nos lleva por un camino determinado y cumplimos una misión... lo triste es que ya no sé, la libertad de la que hablan los filósofos es realmente una libertad absoluta, podemos hacer lo que queramos, decidir si seguimos las normas morales y sociales o no, y claro, asumir las consecuencias (o no), trotar en libertad hasta matar o morir, no hay un ser que nos guíe ni que edifique nuestro destino, el destino ¿no existe?, no! pero podemos decidir creer que si, ser nosotros mismos ese ente constructor.
¿Entonces?, no puedo sentarme y esperar a que la maldicion se rompa porque si, claro que voy a ir el mircoles 13 a hacer el ritual de ruptura, pero si yo no acciono por romperla nunca va a pasar, confiaré en lo que sé, aprenderé de los errores y sobre todo, recordaré no llegar tarde.
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