Recientemente platiqué con mi mamá de algo que nunca habíamos hablado: mi etapa de bully en la primaria y de cómo esa violencia en realidad no venía de ningún lugar más que de mi misma; después de muchos años me di cuenta que ese monstruo que odia el mundo ha residido en mi desde hace mucho.
Fue hasta la uni, justamente cuando tuve que migrar mi antiguo blog a este cuando fui victima, de eso ya hable un poco en otras entradas, y hablé del "monstruo invisible" que representó para mi, pero no es específicamente de eso de lo que quiero hablar hoy, sino de aquello que callamos y que nos lastima, pero el corte es tan fino y profundo que la herida tiene también un efecto anestesiante, si sacara eso de un jalón me mataría entonces opto por dejarlo ahí, y lo voy sacando de a poco, hasta que después de mucho por fin sale.
No puedo con la verdad, es como en el relato de Los que se alejan de Ormelas de Ursula K. Le Guin, he sabido que existe el sótano con el sufrimiento de algunxs en la carrera y ahora no sé qué hacer, no tengo pruebas, no tengo la denuncia de algunos de los involucrados porque tienen miedo, porque prefirieron dejarlo "superarlo" o como dije antes la herida es atroz y les va a llevar mucho superarla, ¿cómo lo sé?, porque esa negativa a decir lo que pasó dice mucho, yo fui victima y reconozco a quién sufrió.
Aquí la situación es que tengo la oportunidad de escribir un correo al decano con esto o simplemente dejarlo pasar (como incluso las victimas hicieron), soy tesista, esto ya no me va ni me viene... ¿entonces por qué me importa?, por qué me cuesta dejar Ormelas, las cosas funcionan como están, la carrera de UPAEP es un oasis, la oportunidad para muchos de estudiar cine y eso me debería bastar, ¿no?
¿no?
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