domingo, 26 de junio de 2011

la muerte nos acompaña...

y tan a menudo nos la topamos por ahi, como si fuera una persona que puede estar en todos lados y en todo momento; claro que a veces nos marca la vida para siempre y otras nos pasa tan de prisa que ni la notamos, talvez deba dormir justo ahorita y dejar de pensar en ella, pero hoy particularmente me ha seguido como una sombra que acaricia mis entrañas y lo peor es que me seduce tan rápido que caigo en el letargo del pre-sueño eterno, y todo tal vez porque mi padre antes de irse me dijo: te doy un abrazo, qué tal que esta es la ultima vez que te veo, odio que la gente haga eso, que se vaya y que diga cosas asi, no lo soportó, siento que muero yo, que no va a llegar el lunes...
Odio los lunes no porque sean el primer dia de trabajo, y de hecho ahora que lo pienso a casi 10 años también deberia odiar los fines de semana, porque hace que me separe de las personas que quiero, y mas ahora que me quedo sola en la casa, a menudo recuerdo que no me despedí de mi abueno un viernes pensando que lo veria el lunes y la muerte se lo llevo un domingo en la madrugada, eso marco mi vida y por mas que lo intento aun no he podido encontrar la catexia que me cure esa herida, muy al contrario cuando toco el tema terminan abriendose la puntadas y me sangra de nuevo.
Ayer encontramos una mariposa enorme, negra en mi cocina y recorde lo que me dijo mi madre: Mi madre decia que esas cosas son las que vienen por las almas de los que van a a morir; yo no tengo problemas del cielo y del infierno, tengo problemas con la muerte.

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