viernes, 15 de junio de 2018

13 monedas para romper una maldición

El motivo 

La historia de cómo quedamos malditas es muy simple, hace muchos años una tintorería a la que mi mamá siempre iba cerró, entonces todas las prendas que abandonaron ahí las pusieron en venta, yo lleve a mucha gente a comprar porque cineasta, nosotros siempre necesitamos vestuarios antiguos o extraños, y en una de esas nos regalaron dos vestidos de novia, entonces yo, siempre con mis malas ideas, me los puse, aunado al vestido de novia de mi madre. 


Le platiqué a mis amigas que estaría padre hacer una sesión de fotos y todas nos pusimos los vestidos... bueno no todas, del grupo de seis, una tenia un novio golpeador al que le ponía los cuernos y nos dijo que le daba miedo que se enterara y "la regañara", o sea que la agarrara de saco de box, la otra estaba embarazada así que su gordura de domingo 7 le impedía ponerse un vestido de novia. De ahí, Kitten Jones, Andy, la chica dinosaurio y yo nos pusimos los vestidos. 

Mientras no sepan quiénes son no creo que tengamos problema en que les cuente un poco de los asuntos personales de estas chicas


1. Kitten Jones: había sufrido una ruptura amorosa terrible, y para ese momento vivía una bonita y nueva relación con un chico con el que tenia planes de boda. 

2. La chica dinosaurio: tenia un novio de AÑOS, ellos ya conocían a sus familias, salían de vacaciones, estaban mas casados que nada, igual tenían planes de boda 

3. Andy: había encontrado al hombre de sus sueños, joven, rico, no es tan guapo pero es buena persona, sí, lo que toda trepadora sueña. Poco después de las fotos se separó de su novio pero aplicó la mujer s.XIX, se puso buenota, se embarazó y logró que se juntaran (me adelanté un poco porque su historia es importante y la retomaré después) 

4. Yo: bueno yo siempre he sido la solterona fea


Pasaron los años y las dos que no se pusieron los vestidos, boom!! se casaron en una bodas bien bonitas (que sean felices aquí no importa, porque además no les he preguntado).

La maldición

Fue entonces cuando todo se juntó, primero conocí a una amiga de mi mamá que nunca se casó y como yo lo tenía de plan de vida le pregunté ¿era su plan desde el principio o se quedó solterona?, ya saben yo tan amable como siempre.

Entonces me contó que no, que cuando era chica se puso un vestido de novia usado y nunca le dio importancia, hasta que años después siempre que intentaba casarse algo pasaba y no lo lograba, yo lo tomé como una historia ekis pero a los pocos días platiqué con un amigo en común con Andy, y me contó del asunto de su  estrategia de "Trepadora s.XIX", después platiqué con ella y ya saben yo toda incómoda que se supone que todos somos amigos y no debemos hablar mal a nuestras espaldas, pero no pude decirle que esa otra persona pensaba eso de ella, pero si platique del asunto. 


En esa ocasión me enteré que ella y su "esposo" si quieren casarse pero siempre pasa algo, la primera vez ahorraron un poco y aunque no era mucho, ese dinero era para "La boda", pues algo paso y tuvieron que usar ese dinero, ekis siempre paran cosas así, pero no solo le paso una vez, y lo raro es que siempre necesitan la cantidad exacta que tengan ahorrada, ni más ni menos. A mi se me ocurrió decirle que seguramente era la maldición de los vestidos y pues claro que es enojo, me gritó y dijo que no era justo, que yo sabia desde que la conocí que ella siempre quiso casarse


Y pues tiene razón, pero yo no sabía lo de la maldición. Fue entonces cuando me puse a reflexionar sobre las que nos pusimos los vestidos, tanto la chica dinosaurio como Kitten Jones ya no se casaron, sus supuestos novios-prometidos perfectos, resultaron ser unos malditos perros que les ponian los cuernos y por eso terminaron, a partir de eso hasta ahora siguen (seguimos) solteras. 

Romper la maldición
Como buena solterona pertenezco a grupos de viejitas que saben toda clase de remedios, les platiqué la historia de los vestidos y me dieron la forma efectiva de romper la maldición. 

Pedirle a 13 hombres solteros que te regalen una moneda, no importa la denominación, y el 13 de Junio llevarlas a alguna capilla que tenga por patrono a San Antonio de Padua, (si, ese que ponen de cabeza), con una veladora, y pedirle que nos procure un buen matrimonio. 

[En el caso de hombre que busquen una esposa, pues tienen que pedirle a mujeres solteras] Según las viejitas es tan efectivo que en un año no solo encuentras novio sino que hasta te casas 


La hipótesis 

Viéndolo de forma objetiva, creo que este método servia en el pasado porque al juntar las monedas te dabas a conocer con los solteros como "mujer que busca marido" algo así como una auto-promoción "involuntaria", porque además me dijeron que no podía ser de mi familia. 
Al acercarte a personas nuevas o que te pregunten ¿para qué la quieres? y dar toda la explicación, como a mi me paso, es una forma de andar con el letrero de:


Como buena fan del método científico y no creyente de la religión católica, imagino que también tiene mucho que ver la actitud y la seguridad, le comentaba a mi ex-amante que el acto de fe radicaba más en otros factores que en la "magia" de un santo


Pero también quiero romper la maldición de mis amigas, siento que yo las metí en el problema y es un poco mi responsabilidad darles la solución, por eso investigue la forma de romper la maldición y por eso es que desde la muerte de mi abuela me di a la tarea de conseguir las monedas. 

Un poco porque en tres ocasiones fuimos al panteón a causa de la muerte de mi abuela y en esas tres me encontré una moneda (obviamente yo le platiqué de la maldición y como romperla), al momento de su muerte ya no tuvimos la oportunidad de platicar ese tipo de cosas, ella conoció el feminismo conmigo y mi prima y siento que le cambiamos la forma de verla vida a los 97, ya platicaré de eso en su aniversario, entonces yo lo sentí como una señal, a la tercera vez la recogí y comencé con la búsqueda. 

Como buena solterona fea, tengo miedo al matrimonio y los amigos que han contribuido con alguna de las 13 monedas me recuerdan que esas actividades humanas no son para mi.







Esperando la última moneda. 

Aunque esta entrada se publicará el viernes, la estoy escribiendo el lunes, el miércoles es 13, el gran día. en el entendido que es mi miedo y no la fe mi acto irracional por el cual creo que va a funcionar, le pedí a amigos que tienen alguna característica específica que me gustaría en el futuro esposo, desde cosas obvias como: joven, guapo, de buena familia, emprendedor, hábil con sus atributos masculinos *guiño, guiño* hasta cosas todavía más abstractas como: buena persona, cursi, inteligente, feliz. 

La última moneda viaja desde Campeche, un amigo de la uni que por imposible que parezca tiene casi todas esas cualidades, así que su moneda es muy importante, la mandó por correos de México, yo le dije a tiempo porque para mí el obvio servicio de paquetería es correos de México (mi pobreza me precede), pero él como buen hombre rico solo pensó en Fedex, DHL y UPS, y claro que mandar cualquier cosa va a ser muchísimo más costoso, qué va unos $25 pesos contra $400, total, si llega este martes o miércoles temprano llevaré mis monedas a la iglesia. 




Nada a la vista

Mi caso va a ser la tarea más difícil que va a tener este año el tal Antonio, y es que desde el 2011 no he tenido novio real, y los amantes no cuentan, somos amigos que al conocerme un poco más quedan curados de espanto, por mucho no soy la chica guapa que ellos buscan. 

Y es que no solo esta el asunto de no ser chica guapa, sino que tampoco tengo un trabajo, o una casa, aún no termino la Uni y sufro de depresión, todos los males. 

Aunado a todo eso, con el reciente rechazo de la tesis y el asunto de dejar la vida libertina atrás, me siento muy perdida, cada vez entiendo menos a las personas y convivo muy poco con otros seres humano, el amigo que me dio la moneda 12 y al que creo mi alma gemela, me hizo reflexionar sobre si realmente podría vivir con alguien, el tiene un montón de experiencias viviendo con roomies (lo más cercano que ha tenido) y dice que la convivencia depende mucho de la personalidad, las convicciones y cómo nos vemos a nosotros mismo ante la vida.

Tal vez la vida de solterona es mi vida y este asunto de romper mi maldición para demostrar que mis amigas pueden librarse también solo me va a traer problemas, pero también me pongo a pensar ¿Por qué pensé en juntar las monedas yo y no animarlas a ellas a hacerlo? ¿será parte de mi propio deseo?

En todos estos años he aprendido mucho de mi misma, me siento contenta en casa, esa soledad casi absoluta me sienta bien, al ser hija única es más un estilo de vida, pero aunque no tengo nada, tal vez si existe un germen de querer convivir con alguien más allá de la amistad y compartir experiencias de aquí pa'l real, como diría mi abuelo, el asunto de la maldición solo es una forma de maquillar eso, porque aparte no querría el matrimonio común, tengo expectativas complejas y muy muy personales, lo que hace muchísimo más difícil encontrar al compañero ideal para el camino. 

Al final, como nos enseña el cine: todos buscamos amar y ser amados. 

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