viernes, 22 de junio de 2018

Me alcancé justo cuando no me encuentro

¿Recuerdan la receta impresiona millenials? 

Pues no resulta con los adultos de verdad, el viernes pasado nos dieron los veredictos de las tesis y como la gran novedad es, que el guión de la secta no paso, lo que me deja un sentimiento agridulce, por un lado me asusta (muchísimo) no tener tesis, pero por otro lado creo que ese guión es el típico guión de película aceptable pero no maravillosa, oculté algunos elementos del tipo de cine que me gusta y seguramente es eso lo que le pareció disonante a los sinodales y es que como buena novata y guionista enojada probablemente no puedo darme cuenta que algunas cosas no deben combinarse. 


Justo este golpe llega en un momento difícil, últimamente he tenido muchísimo tiempo libre pero no lo he sabido aprovechar, creo que es un asunto de ataque extraordinario de depresión, un asunto que aún hoy no sé manejar bien, la química de mi cerebro ha estado dando señales de que algo anda mal pero no le he puesto atención, mis planes para este verano eran otros, venir a una clase de emprendedores para hacer un proyecto real con mi papá (la persona con la que menos me llevo en la vida), terminar los guiones que he dejado en escaleta por falta de tiempo, pero que con el asunto de la química cerebral solo me traen frustración, y lo peor, mi idea loca de escribir cien notas para el periódico y llevo varias semanas sin poder terminar los primeros nueve laboratorios...


No es un problema de organización, es un problema de enfoque, esa misión y visión que tengo que escribir esta semana para el proyecto de negocio me ha puesto en el ojo de mi propio huracán, el punto donde puede ver todo destruirse y ser un caos, que aunque parece tranquilo estas a dos centímetros de ser parte de la destrucción. Hace unos días twitter se inundó de gente hablando de la depresión, de las cosas "buena onda" que nos dice la gente pero que lejos de ayudar nos hunden más o de cómo ellos desde ese ojo del huracán la llevan lo mejo qué pueden, al final de día es lo único que podemos hacer (aparte de tomar los medicamentos y no mentirle al psiquiatra).


Últimamente, después del asunto del guión que me costó y que al final se ven los resultados (rechazado), no acepté un trabajo en un rodaje, aunque tenia tiempo esos días, no terminar ninguna de las actividades que me propongo, dejar el blog aunque hace unos días estaba bastante animada escribiendo (tal vez solo para mi), son un recordatorio de que estoy perdiendo el rumbo ante el mayor de mis monstruos: el miedo, sin darme cuenta estoy perdiendo la guerra, batalla a batalla


Es interesante la capacidad de ver el huracán acercarse, atraparnos, pero ser un poco tontos a la hora de actuar, ¿será que a propósito olvidamos esas sesiones con el psiquiatra?, mi mente juega conmigo, me inventa males y yo me la creo, el monstruo de la autodestrucción se hace más y más grande, me viene a la mente esa excelente película que vi el lunes pasado con mi gran amigo, de la que le hablaré pronto. 


y no hablo de Twist, aquella película que nos ponian en el canal 5 todos los sábados en la tarde después de Pico de dante, ese gif me gustó y lo agregué. (ya tengo tema para la siguiente entrada) Ahora le hecho la culpa al asunto de la tesis, pero desde hace semanas no me siento bien.


Escribir y darme tiempo para las cosas que más urgen en mi imaginario todo atrofiado son un poco el método para tranquilizar mi yo auto-destructivo, pero mi cuerpo tiene su propio código para avisarme que no se encuentra en las mejores condiciones, 


Por supuesto no puedo decir que me he encontrado porque por ejemplo hoy en todo el día solo me dio tiempo de ir a clase, ver una película, y medio editar dos entradas, lo cual yo califico como perder el tiempo. Y mi lista de prioridades están prácticamente al revés, debería hacer las cosas no creativas antes, pero como eso me bloquea no puedo con todo lo demás ¿qué me pasa? 



Mencioné otra vez lo de la tesis porque cuando me dan estos ataque de depresión es cuando me pongo a pensar en todo aquello que sé y lo inútil que parece en este mundo de trabajos que parecen más cadenas perpetuas para esclavos, toda la gente de mi generación trabaja o viven de becas reales y no la familiar, pero ¿de lo que he aprendido en la vida, es algo útil en el mundo laboral?

Tal parece que ni en cine soy tan útil, después del asunto de la puerta en una tesis, bien merezco no tener tesis ahorita, (pero solo yo, mis compañeros son inocentes y por ellos debo ponerme las pilas y cambiar ese guión a algo aceptable 2/3 mínimo), siento que sé poco de muchas cosas y nada de forma profesional, igualmente no sé hacer negocios, no sé seguir reglas, me enojo o me asusto ante cualquier situación que este fuera de mis ideales, o sea son bien millenial, no podría estar en una oficina porque no aguantaría el encierro, odio la ciudad, en donde he encontrado un poco de felicidad es en los rodajes, pero ni en eso puedo estar ahora, además como bien dijo el maestro de guión ¿siempre voy a ser asistente?

Puedo adaptarme a los trabajos, incluso encuentro la felicidad donde me pongan, como cuando era pequeña y me cambiaban de lugar para que no platicara pero nunca lograron callarme, trabajo hay mucho, uno en el que se pueda ser feliz y útil, ser ese agente de cambio que tanto resuena en la misión de la universidad esta muy difícil ¿Cómo lograrlo desde mi trinchera de artista frustrada y depresiva? 

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